Cuatro años de estudios en asignaturas como dermatología, anatomía, cosmetología, electroestética…(tiempo de estudio de una carrera universitaria) y aún así ¿se pone en duda nuestra eficacia?.
Como experta en la materia, tengo algo que decir, ¡claro que la técnicas estéticas y aparatología funcionan y no lo digo yo…lo dice la ciencia!!.
La mayoría de los equipos estéticos se desarrollan a partir de equipos médicos como el láseres, ultrasonidos, cavitación, Radiofrecuencia, ondas de choque… Tanto la persona que se somete a estos tratamientos como el profesional que los imparte deben saber que para ser efectivo hay que seguir una serie de pautas durante un mínimo de tiempo.
Y por supuesto…los resultados no pueden ser eternos ¡Ojalá fuese así! pero la realidad es que todo requiere de procedimiento y mantenimiento. Piensa en algo material…un coche por ejemplo…dependiendo del cuidado aportado en el transcurso de los años tendrá una vejez u otra…lo mismo sucede con el cuerpo, si comienzan a aparecer imperfecciones en el cuerpo o en la piel, hay que tratar con la menor brevedad, esta es la única manera de mantener una estado que haga que física y psicacamente te encuentres bien. Y mejor aún “prevenir antes que curar” empieza a cuidarte, no esperes a que los problemas aparezcan en ti.
Es cierto, no todo vale en estética, existe mucha interés comercial y existe mucha oferta y demanda en lo que a electroestética y cosmética se refiere.Pero en un centro estético profesional los equipos pasan por unas normas de calidad, hay inspecciones y se requiere de un control exhaustivo del equipamiento.
En el mercado de la estética al igual que en otros mercados, existen muchas marcar y sistemas pero en su mayoría tienen las funciones necesarias para cubrir las necesidades fundamentales del tratamiento para el que se han diseñado, de no cumplir con ellas, los equipos no pasan las normativas vigentes (CE) y se prohibe su comercialización.